Sagrada Eucaristía
“En el corazón de la celebración eucarística están el pan y el vino que, por las palabras de Cristo y la invocación del Espíritu Santo, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Fiel al mandato del Señor, la Iglesia sigue haciendo, en su memoria y hasta su regreso glorioso, lo que hizo él en la víspera de su Pasión: "Tomó el pan...". "Tomó la copa llena de vino..." Los signos del pan y del vino se convierten, de una manera que sobrepasa todo entendimiento, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
(Catecismo de la Iglesia Católica, 1333)
Fuente y Cumbre
La Eucaristía es la “fuente y cumbre de la vida cristiana”, y el segundo sacramento de iniciación. "Es la culminación tanto de la acción de Dios que santifica al mundo en Cristo como del culto que los hombres ofrecen a Cristo y por él al Padre en el Espíritu Santo". (Catecismo de la Iglesia Católica, 1324,1325)
La Eucaristía: Hechos de Fe
Antes de recibir la Sagrada Comunión, conviene inclinarse ante la Sagrada Hostia o Cáliz, porque el pan y el vino se han convertido verdaderamente en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Después de que el sacerdote o ministro dice: “El Cuerpo de Cristo” o “La Sangre de Cristo”, nosotros respondemos: “Amén”, y recibimos el Cuerpo de Cristo en la lengua o en la mano, consumiéndolo inmediatamente. La Sangre de Cristo la bebemos sosteniendo el cáliz con reverencia y devolviéndolo al sacerdote o ministro.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que come de este pan vivirá para siempre;
y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.”
–Juan 6:51